Cuando nos referimos al amor, nos encontramos con que todo humano llega a amar de una manera auténtica, lo que ocasiona una variedad de formas de amar. Hay amores pasajeros, duraderos, de amistad, románticos, el amor familiar; el amor al prójimo, el amor idealizado, el amor tóxico y el amor que se construye a través de los años. En este artículo, deseamos abordar el tema del amor duradero y su efectividad, específicamente desde la perspectiva de los abuelos.
Con frecuencia nos preguntamos: ¿Cómo una pareja puede durar tanto? ¿Cómo no se cansan? ¿Cuál es la clave? Parece residir en la capacidad de adaptación mutua. Ante estas incógnitas, quisimos preguntarles a nuestros abuelos esta serie de preguntas para saber cuál es el secreto para mantener una relación por tanto tiempo, cómo siguen brillando juntos incluso después de muchos años, cómo logran mantener viva la chispa del amor incluso después de décadas de convivencia.
Mi abuela Rosa Elena Guarnizo lleva casada 55 años con su esposo Jesús María Martínez. Le pregunté cómo ha durado tanto casada y cómo ese amor sigue vivo, y esto me contestó:
“Creo que la duración de nuestro matrimonio se debe a varios factores. El respeto mutuo ha sido esencial en nuestra relación. Desde el principio, hemos valorado y apreciado las opiniones, intereses y necesidades del otro. Esto ha creado un ambiente de confianza y apoyo mutuo que ha fortalecido nuestra unión a lo largo de los años. Y lo más importante es que Chucho y yo hemos tenido una relación muy afectiva, con eso me refiero a que siempre hemos demostrado el amor que sentimos por el otro. Hemos construido una familia y, por supuesto, esto genera y generó un lazo como ningún otro”.
Mi abuelo, Raimundo Vélez Botet, y mi abuela Rosario Marina Cabrales, son prueba viviente del último tipo de amor, el que se construye y perdura. Durante su existencia, han gozado del privilegio de vivir más tiempo juntos que separados. Actualmente llevan 60 años compartiendo recuerdos. Con la finalidad de dar esperanza al lector de que sí existe el amor incondicional y para ocasionar cierta reflexión en el lector que no pretende buscar un amor eterno, le he preguntado a mi abuelo, apasionado por las letras y la musicalidad, si podría publicar uno de sus muchos versos escritos para su compañera.
Rosario Marina (En los 55 años de casados)
Te he escrito mil versos de amor
pero no he podido encontrar todavía
el vocablo que exprese lo que siento;
es un torrente que corre por mi cuerpo
caudaloso, rugiente, desenfrenado:
decirte que es amor suena pequeño
ante la inmensidad que llevo dentro.
Pero no te preocupes, compañera,
está intacto el corazón y la mente,
es más, creció por cuatro años;
y ha traído, hijas, rías y arroyuelos,
cambiándose de Torrente en Catarata
que rebosa la copa del sentir primero;
pero para qué buscar más esa palabra
si la tienes proyectada por mi mirada
en tus glaucos ojos de niña enamorada.
Tomado del poemario Arena Salada (2021),
escrito por Raimundo Vélez Botet
Con esto nos podemos dar cuenta de que la durabilidad del amor empieza con cosas como el respeto mutuo, muestras de afecto constantes, la valoración de las necesidades del otro y todo esto combinado son los pilares para mantener una relación a lo largo del tiempo. Estos hermosos testimonios muestran la capacidad de adaptación y cómo esto mantiene la chispa del amor por mucho tiempo. Y también, podemos entender que el amor no solo son palabras sino también gestos, como un poema que transmite la intensidad y la profundidad del sentimiento compartido.
Espectacular Manu y Majo!!